“Me entusiasmó volver a mi primer amor”
El Licenciado Marcelo Roffé, quien le perdonó una parte de la deuda económica a Ferro Carril Oeste para el levantamiento de la quiebra, es psicólogo clínico y deportivo, y retornó al Club en 2015 para trabajar como docente en el Instituto del Deporte. A su vez, este año aceptó el desafío de sumarse al plantel profesional de fútbol como asesor. Roffé fue presidente de la Asociación de la Psicología del Deporte Argentina entre el 2003 y el 2014, y hace tres años que es presidente de la Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Psicología de la Actividad Física y del Deporte. Además escribió 11 libros sobre la especialidad y trabajó en 10 clubes en distintos países, tanto en divisiones juveniles como en Primera División. En Argentina fue parte del plantel juvenil y mayor dirigido por José Pekerman entre el año 2000 y 2006, mientras que en Colombia asistió en el seleccionado que viajó al Mundial de Brasil en 2014. En esa etapa trabajó con jugadores como Lionel Messi, Javier Mascherano, James Rodríguez, Radamel Falcao, entre otros. De esta manera, con más de 25 años de experiencia, Roffé llegó al Club de Caballito y dialogó con el sitio oficial.
– ¿Cómo fue tu llegada a Ferro?
– “La llegada fue a través de María Inés Lorenz (rectora del Instituto Ferro) y Francisco Balda (Subcomisión de Fútbol), quienes además recibieron la aprobación del presidente Daniel Pandolfi y su Comisión Directiva. A María Inés la conozco desde hace 20 años, cuando di el primer seminario de psicología del deporte en el Club, que se llamó ‘Los altibajos en el rendimiento y el papel de la mente’. Yo trabajé en Ferro entre 1995 e inicios del año 2000, y después cuando se recuperó de la quiebra convocaron a distintas personas que seguían ligadas al deporte como Alejandro Kohan, Horacio Anselmi, Gabriel Andreu y yo, entre otros. Si bien no tengo mucho tiempo, uno debe ser un agradecido al club donde empezó. Armamos un equipo de trabajo que está desde 2015 en el Instituto, mientras que este año me sumé al entrenamiento mental del plantel de fútbol porque acepté el desafío”.
¿Cómo ves al Club teniendo en cuenta el antes y después de la quiebra?
– “La gestión es muy buena y la verdad que lo veo muy bien; de hecho mis tres hijos son socios. Me tomé mi tiempo para escuchar, recorrer las instalaciones y saber en qué podía ser útil. Se están haciendo muchas obras, como los gimnasios multideportivos y la escuela primaria. Además noté que hay un buen clima y buenas propuestas deportivas. Eso me entusiasmó para volver a mi primer amor. Estoy lejos del retiro, pero siento que este es un lindo desafío para aportar mi granito de arena y tratar del alcanzar el ansiado objetivo de Ferro”.
– El rol del psicólogo no está a la vista del hincha, ¿Qué importancia tiene en el equipo?
– “Hay que darle el lugar justo. No es tan importante ni decisivo porque de hecho hay equipos que salen campeones sin un psicólogo deportivo, pero tampoco hay que restarle importancia. Yo tengo un perfil bajo porque me ha ido bien así y esa es la forma de ser más eficaz. En el equipo es importante que haya un psicólogo especializado en deportes y en mi caso llevo más de 22 años de experiencia en el fútbol, a nivel selecciones y a nivel clubes en Argentina, Colombia y México. Es como una mesa de cinco patas, en la cual se trabaja lo técnico, lo táctico, lo físico, lo médico y lo psicológico. En caso de no trabajar esto último, la mesa se vuelve inestable. Es decir que uno puede apoyar cosas pero no es lo mismo. Por eso tratamos de brindarles herramientas al cuerpo técnico y a los deportistas para que al momento de la competencia den su mejor versión de ese 25% que es lo mental”.
– ¿Cómo se compone ese porcentaje?
– “Se compone por la confianza, la capacidad de no frustrarse frente al error, la concentración, la motivación, la cohesión grupal y el control de presiones y miedos, que dividen el desafío de la amenaza. Ferro es un Club con mucha presión porque es un grande de la categoría que quiere ascender hace mucho tiempo y es un objetivo bastante difícil, ya que la Primera B Nacional es para muchos más difícil que Primera A”.
– ¿De qué manera se lleva a cabo el trabajo con un equipo de deportistas de alto rendimiento?
– “Se trabaja tanto en lo grupal como en lo individual. Como tengo el consultorio a 15 cuadras de Ferro, es más tranquilo trabajar ahí por la intimidad y el resguardo de los jugadores y del cuerpo técnico. Además tenemos reuniones grupales una vez por mes, en las que abordamos distintos temas ilustrados con videos, dinámicas de integración, participación grupal y presentaciones en Power Point. Si bien el equipo está sano, cuanto más se quieran y más cohesionados estén, más van a rendir”.
– ¿Cómo es la relación con el cuerpo técnico?
– “La psicología del deporte no es terapia, sino un entrenamiento mental. Todo el cuerpo técnico está abierto a recibir herramientas que puedan fortalecer sus roles. Hay que aclarar que no hay milagros, no existe un jugador, un entrenador o un psicólogo que sea el salvador. Esto es un trabajo en equipo en el que los detalles terminan marcando la diferencia. Después de la salida del gran doctor Enrique Rotemberg, quien fue el que me abrió las puertas cuando llegué a Ferro en 1995, el cuerpo médico quedó bien formado con tres médicos, dos kinesiólogos y un nutricionista. Desde febrero acepté el desafío de darle una mano al Club en un momento lindo, difícil, pero que tiene el sello del reto. Es importante contar que junto al cuerpo técnico y a los dirigentes se decidió que los jugadores tengan que realizar un estudio durante el año. De los 33 jugadores, diez tienen el secundario terminado y van a llevar a cabo cursos en el Instituto, mientras que otros van a seguir en la universidad o van a estudiar idiomas. Por su parte, hay 17 jugadores que van a terminar el secundario a través de la fundación ‘El Futbolista’ y eso la verdad que nos pone orgullosos a todos por el futuro de ellos y porque van a jugar mejor, con más responsabilidad.”.
– ¿Cuál es la importancia del líder en un equipo?
– “Líderes positivos va a haber siempre, pero en el fútbol argentino cada vez hay menos por una cuestión de que en algunos clubes no le conviene a determinados dirigentes y a determinados entrenadores. Lo que hay que determinar es la coexistencia entre ellos y si siguen lo que propone el director técnico, que en este caso es Marcelo Broggi. Si bien las indicaciones y los movimientos tácticos vienen de afuera, los líderes son como los entrenadores en el partido. Acá tenemos la suerte de tener a dos de ellos que aman el Club. Broggi jugó en Ferro, coordinó las juveniles y fue el que más cerca estuvo de ascender al equipo. El Pupi (Salmerón) llegó en 1998, ascendió, se fue y volvió. Aunque hay otros líderes, él es el referente”.
– ¿Cómo fue el reencuentro con Salmerón en el equipo?
– “La sensación es muy linda y cuando nos vimos después de 17 años nos dimos un hermoso abrazo. La verdad que el Pupi es un ejemplo para todos porque adentro de la cancha corre como cuando lo conocí. No para de meter, de pedir la pelota… y eso es elogiable. Después hay tres jugadores más con los que he trabajado, entre ellos Andrés Bailo, a quien tuve cuando estaba en el seleccionado juvenil”.
– ¿Qué diferencia existe entre trabajar con juveniles y con jugadores más experimentados?
– “Los juveniles tienen que terminar de madurar, pero el acompañamiento de Broggi y de jugadores con más experiencia es vital para ellos. Es muy importante que el entrenador ya haya trabajado con más de la mitad de ellos en inferiores porque ya conoce sus necesidades y sus perfiles de personalidad. También esos jugadores deben estar bien asesorados porque van a crecer con todas las tentaciones que hay en el fútbol. Broggi es un docente, es como un padre para algunos y eso es parte del secreto de su éxito”.
– ¿Cómo se trabaja en un equipo del ascenso, dado que en comparación con un equipo de primera, los objetivos son menores en cantidad?
– “Pasé por todo, incluso por clubes que pelearon por no descender y en un principio puedo decir que es más lindo pelear por el ascenso. Es importante que mientras nosotros trabajemos para que jugar de local no sea una presión, los hinchas entiendan que si vienen a la cancha vienen a alentar, en las buenas y en las malas, no a insultar. Esto se logra entre todos o no se logra. Hay que trabajar mucho en todas las áreas, pero cuando hay un grupo bueno de jugadores, un buen cuerpo técnico, buenos dirigentes y un hermoso Club como este, la ilusión la tenes intacta”.
Nota: Franco Fagioli (@FranFagioli)