Deporte y estudio, gran combinación
Compatibilizar deporte y estudio no es fácil, requiere esfuerzo, constancia, disciplina y una buena distribución del tiempo. Luis González y Lautaro Pintos son jugadores de la cantera del Club que, desde mini, defienden la camiseta verdolaga. En esta nota nos cuentan sus vivencias en lo que respecta a estudiar y jugar al básquet en sus respectivas categorías y además ser parte del conjunto que dirige Álvaro Castiñeira en el Torneo Nacional de Ascenso.
– ¿Cómo fue que empezaron a jugar al básquet?
– LG: Yo soy de Mendoza, pero, cuando era chico, vine con mi familia a vivir a la Capital Federal, y empecé en el club siendo mini.
– LP: Yo vivo en el barrio y desde chiquito que venía a Ferro con mi hermana. Siempre me gustó el deporte, y cuando vi el básquet, empecé y me enganché, así que juego hace muchos años. Hubo un lapso que estuve en otro club porque no me daban los horarios con el colegio, pero ahora ya terminé y pude volver a jugar acá.
Luis, de 16 años, además de jugar al básquet cursa el cuarto año del colegio secundario Mariano Acosta y Lautaro, de 21 años, es egresado del Carlos Pellegrini y está en el Ciclo Básico Común para la carrera de kinesiología.
– ¿Cómo se compatibilizan los tiempos con el colegio, los entrenamientos de sus respectivas categorías, los del TNA y los viajes al interior del país?
– LG: Eso va de la mano de toda la comisión del club, de los entrenadores y de sus asistentes, ellos tratan de realizar un cronograma para que a nosotros se nos facilite concurrir a las prácticas y a la escuela. En mi caso, cuando no tengo clases o con certificados que me permiten faltar, a veces puedo concurrir a la mañana a los entrenamientos. Sino entreno únicamente a la tarde. Trato de organizar mis tiempos para priorizar, en general, el estudio, después el básquet. Este año tengo la oportunidad de poder participar y hacer un camino en el TNA y tampoco quiero desaprovecharla.
– LP: Yo ya terminé la Escuela Secundaria y puedo organizar un poco mejor mis tiempos. Al estar en el CBC, estoy más libre para elegir los horarios para cursar, además, como decía Luis, lo entrenadores y la comisión están interesados en facilitarnos las cosas para mantener el estudio como primer objetivo. Hacen un cronograma adecuado para que los juveniles podamos venir a entrenar y la línea que bajan es que no quieren que dejemos de estudiar por venir acá. Obviamente tampoco voy a descuidar esto y desperdiciar la oportunidad que estoy teniendo, de estar en el banco del TNA.
– ¿Cómo se sintieron cuando fueron convocados a compartir los entrenamientos y los viajes con el plantel profesional que disputa el Torneo Nacional de Ascenso?
– LG: Primero es pura emoción, hay que tener en cuenta que estamos jugando con jugadores que han pasado por nuestra Liga Nacional, como Lucas Picarelli, Mati Fioretti, también Ezequiel Dentis que jugó en Europa. Entonces lo que uno tiene que hacer es tomar sus consejos, aprender, mirar. También escuchar al técnico Álvaro Castiñeira y aprender de lo que te dice.
– LP: Es lindo compartir con jugadores de tanta experiencia y trayectoria como son Dentis y Picarelli, tenerlos de compañeros, que siempre te estén aconsejando, nunca te dejan de lado, siempre te marcan de la mejor manera algo para mejorar.
– ¿Qué se siente cuando el técnico les dice que van a viajar con el equipo?
– LG: Es muy fuerte. A veces uno se emociona y dice: listo, ya está, estoy ahí cerca de llegar a mi objetivo de vivir del básquet, pero hay que tomárselo con calma porque son oportunidades que nos están brindando de mostrar los frutos del trabajo de todo el año.
– LP: Es muy emocionante que te digan que vas a compartir el espacio, los viajes, la cancha, los entrenamientos. Es muy fuerte. Pero es importante no creérsela. Yo trato de jugar bien y tener presente que hay que ir paso a paso sin pensar que ya está cumplido el objetivo y aprovechar las oportunidades que nos da Álvaro para ir, de a poco, ganando experiencia con el roce, con los jugadores contrarios que es muy distinto el nivel de juego, la velocidad, la calidad, todo.
– ¿Cómo es la relación de ustedes con los jugadores mayores?
– LG: Cotidianamente, en los entrenamientos, siempre a los más chicos nos dan consejos acerca de cómo realizar un movimiento, de la confianza que tenemos que tener, de cómo sentirse en la cancha, de cómo pararse. Yo les presto mucha atención. Ellos nos ayudan. Es algo para recalcar del equipo, son solidarios con nosotros, siempre nos quieren ayudar. Por suerte son muy buenos compañeros y nos dan una enseñanza de vida creo yo, porque nos ayudan a esforzarnos con humildad, demostrando que todas las cosas se pueden cumplir.
– LP: Es muy importante que jugadores de tanta experiencia y trayectoria, te aconsejen, te den alguna pauta, alguna clave, algún movimiento, alguna situación en particular. Siempre nos dan confianza para que no nos pongamos nerviosos con la pelota en la mano. Es muy lindo que jugadores de tal magnitud sepan y aprecien que estamos creciendo y que no nos critiquen al primer error.
– ¿Se siente una presión extra cuando entran a la cancha en ésta categoría?
– LG: Si, hay una sensación diferente. Cuando uno entra a la cancha piensa: ¿Qué hago?, ¿La tiro?, ¿Y si no le pego al aro?… Mucho nervio. Allí es donde entra la buena predisposición de los compañeros que nos dan confianza. En mi caso en particular el otro día, que tuve la oportunidad de entrar contra Sport Club de Cañada de Gómez, Eze Dentis se paró del banco y me fue a acompañar y me dijo: “Vos la primera que agarrás andá para abajo y hace el doble” y eso me sirvió, sea verdad o no, me dio confianza y tuve la oportunidad, y lo que me dijo se cumplió. Así que hay que remarcar eso, que los jugadores son muy buenos a nivel persona y además a nivel de jugador.
– LP: Es una sensación complicada. Es una mezcla de emociones. Ver tanta gente mirando, aunque no se si juzgándote porque saben que somos jóvenes y que estamos empezando, genera mucho nerviosismo. Igual ayuda la confianza que te dan todos los del equipo, que te levantas desde el banco y vas a la mesa de control a pedir el cambio y todos te saludan, te dicen tranquilo, jugá como lo haces en los entrenamientos sin nervios. Cuando recién entro a la cancha trato de no quedar mal parado, en ridículo, pero después los nervios se te pasan y adentro de la cancha, aunque te salga algo mal, seguís adelante con confianza.
¿Cuál es la opinión de sus familias de la relación estudio-deporte?
– LG: En mi caso en particular, mis padres comprenden la situación que estoy viviendo. Se dan cuenta que yo como jugador quiero cumplir mi objetivo de tratar de vivir de esto y poder disfrutar del deporte. Sin embargo, si bien siempre el estudio debe ser lo primordial, ellos también comprenden que, en algunas situaciones, están casi a la misma altura. Insisten en que el estudio es lo más importante, porque la carrera del deportista se termina a temprana edad y hay que tener conocimientos de algo, porque no es fácil transitar por la vida sin una profesión y hoy en día hay posibilidades de aprovechar internet para algunas carreras y también hay universidades que comprenden la situación de los deportistas.
– LP: En mi caso mi familia entiende lo que estoy viviendo, pero igual tengo algunos conflictos con mi mamá, más que con mi papá. Yo decidí en la secundaria que quería vivir del básquet, mis padres siempre me apoyaron pero con la condición de mantener la línea del estudio, nunca dejándolo. La idea es que tengo que tener una carrera, que tengo que ser profesional en algo, tener un título universitario o terciario por las dudas.